Sebastián Herrera, el chileno que brilla en la élite del baloncesto alemán: “La presión me da lo mismo ya. Yo confío en mi trabajo”
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Chile está juntando una prometedora camada de jugadores jóvenes de baloncesto y muchos ya están regados por el mundo. Uno de ellos es el escolta Sebastián Herrera Kratzborn, de 22 años, quien desde hace dos campañas se desempeña en la Primera División de Alemania. Su día a día transcurre en una de las 10 mejores ligas de Europa y no es un basquetbolista más en ese entorno. Al contrario. Se destaca, tanto así que en la reciente temporada se convirtió en protagonista y capitán de los Merlins de Crailsheim, mejoró sus números y acaparó la mirada de otros clubes. Ahora le espera un nuevo reto en el EWE Baskets Oldenburg, también de la élite alemana.
“Fue una montaña rusa de emociones. Viví mucho con los Merlins, de lo más alto a lo más bajo en algunas situaciones (durante) el año pasado. Fue súper difícil decirles que no, decirles que me iba, porque lo tenía todo en Crailsheim; (me) había ganado un puesto muy importante en el club y la confianza de toda la directiva”, cuenta el oriundo de Santiago de Chile en el EPISODIO 11 del podcast CIUDAD BASKET.
Herrera, quien arribó a suelo alemán en 2015 y jugó primero en Segunda División, estaba registrando 13.3 puntos y 2.8 asistencias por encuentro en la ronda regular 2019-2020 de la Bundesliga, antes de la pandemia. A la par, presentaba una efectividad de 48.2% en tiros de campo y su organización estaba de tercera en la tabla. Luego la cuarentena se atravesó y el campeonato paró. Sin embargo, él se mantuvo en forma y en la reanudación del torneo, con unos playoffs de 10 clubes, subió sus promedios a 19 unidades, 4.8 habilitaciones y 55.2% de acierto en lanzamientos. Se trató de una respuesta al peso que cayó sobre sus hombros, ante la tarea de cargar a unos Merlins golpeados por las bajas tras la pausa.
“Debido a las 6 ausencias extranjeras que tuvo nuestro equipo, tuve mucha más responsabilidad. Tuve que liderar en los dos lados de la cancha y, bueno, lo tomé con muchas ganas”, cuenta el también escolta de la selección de Chile, quien incluso asumió muchos minutos en el puesto de armador debido a esta misma situación. “No es quizás mi posición más natural, pero como escolta también juego mucho pick and roll, trato de encontrar al hombre abierto y trato de crear para el equipo. Así que no fue tan complicado. Creo que si sigo perfeccionando el puesto de 1, o ayuda-base, me puede traer más ganancia en el mercado”, agrega al respecto, después reconociendo que subió su media de pérdidas de balón por partido (de 1.5 a 4.4) durante los últimos cinco compromisos.
Ahora lo esperan en el EWE Baskets Oldenburg, conjunto que finalizó en la cuarta posición de la reciente edición del certamen alemán. “(Estoy) muy contento porque es uno de los clubes más grandes. Ha sido, en los últimos 10 años, top 4 en Alemania; siempre ha tenido un trabajo muy sólido y se ha mantenido constante”, dice, para luego detallar cómo visualizan su aporte: “me veían en el puesto 2 a veces ayudando del 1 al 3, con bastante responsabilidad y tratando de seguir jugando mi pick and roll; y querían que yo saliera un poco más de cortinas a lanzar porque eso es lo que le falta un poco a mi juego. En Crailsheim no lo hacía mucho. Creo que eso es lo que tengo que mejorar este verano”.
Sabe a la perfección que será un desafío duro, pero eso no lo amilana. “La presión me da lo mismo ya. Yo confío en mi trabajo”, sentencia.
“Seba” se explaya con anécdotas de su reciente temporada, desglosa el aprendizaje y comenta sobre la selección de Chile y el estatus del baloncesto de su país, en el episodio de CIUDAD BASKET a continuación. ¡Escúchalo!