Un apasionado del hipismo: Daniel Alvarado también será extrañado en La Rinconada

Daniel Alvarado era un apasionado del hipismo (Cortesía)

Cristóbal Naranjo  @cristobnaranjo

De la faceta deportiva del actor y cantante Daniel Alvarado se conoce sobre todo su estelar caracterización del grandeliga Baudilio Díaz, junto con Abel Díaz en el unitario de Henry Herrera que Venevisión puso en pantalla en 1991.

Alvarado, como buen zuliano, era seguidor de las Águilas en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, pero pocos conocen su afición por el deporte hípico y en particular por las carreras de caballos, las cuales solía disfrutar junto con amigos en las tribunas y en el Jockey Club del hipódromo La Rinconada.

El criollo, quien falleció esta semana a los 70 años de edad, era un asiduo visitante del óvalo de Coche y periodistas hípicos como José Rafael Armao, Oscar Armao Mendoza, Antonio José Medina o hípicos más jóvenes como el narrador Jorgenys Martínez, lamentaron su partida y dieron fe de su simpatía y buen carácter en vida.

El entrenador Robert Yánez, quien hizo campaña en La Rinconada, reveló cómo era esa faceta hípica de Alvarado, copropietario de varios purasangre junto con otras figuras del medio artístico.

“Lo conocí hace muchos años. Tenía varias sociedades en caballos junto con el también actor Aroldo Betancourt, quien en 1998 compró un potro hijo Traffic Control —destacado ejemplar que entrenó Julio Ayala— y que le pusieron de nombre Kaminari. Era un caballo muy malo”, recuerda Yánez, quien conoció a Alvarado por su maestro en la preparación, el trainer zuliano ya desaparecido Iván Calixto.

“Daniel Alvarado era un personaje y en su momento compartíamos con él en mi caballeriza, que era la cuadra 29 en La Rinconada. Le encantaban los caballos y cuando llegaba eso era puro chiste”, agrega Yánez.

Según Yánez, Alvarado también tuvo ejemplares con el también actor Roberto Lamarca, otro hípico quien falleció en 2017. Y Armao padre apuntó que “era muy ligado al stud El Chichilo de Orlando Urribarri”. En las tardes de carreras, el zuliano mantenía la jocosidad de las mañanas de entrenamiento.

“Compartimos mucho también en la tribuna B y tenía amistad con todos. Le encantaba bromear y cantar en grupo. Hacía sus jugadas y siempre estaba acompañado de mujeres muy bellas. No hablaba de su vida personal, pero ligaba sus caballos con gran pasión”, agregó Yánez.

En La Rinconada también se extrañará la chispa y alegría del “Negrito Fullero”.

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