De cumplir su sueño de ser becada en Nueva York a tener que buscar una transferencia por el COVID-19: el reto de Kellymar Ramírez

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Kellymar Ramírez es una de las estudiantes-atletas afectadas por el COVID 19 (Foto: Facebook)

Kellymar Ramírez es una de las estudiantes-atletas afectadas por el COVID 19 (Foto: Facebook)

Podcast Ciudad Basket  @CiudadBasket

La vida da todo tipo de giros inesperados. Algunos son positivos y se gozan, pero otros representan adversidad y se sufren. Muestra de ello es la jugadora venezolana Kellymar Ramírez y su historia de cómo en menos de un mes pasó de cumplir su sueño de ser becada por una universidad en Nueva York, a recibir la noticia de que esa misma casa de estudios cancelaba programas deportivos por dos años a causa de los efectos colaterales del COVID-19.

El 28 de julio del 2020, New York Tech anunció oficialmente que la alero caraqueña era su nueva recluta para el equipo femenino de baloncesto, un conjunto que compite en la División II de la NCAA. Todo era alegría. “Yo estaba súper emocionada porque, primero, desde que estaba en Panola College yo había deseado ir a una universidad en Nueva York, que era la ciudad que yo quería conocer y en la que yo quería estudiar y jugar baloncesto”, cuenta Ramírez en el episodio 14 del podcast CIUDAD BASKET. No obstante, el 20 de agosto esa noticia fue empañada por la propia institución educativa a través de un comunicado, en el que se revelaba la decisión de apartarse del circuito deportivo durante dos años debido al impacto económico del coronavirus.

La joven basquetbolista de 22 años admite que, este, no era un escenario previsible. “Yo no lo esperaba. Nosotros creíamos que no íbamos a empezar (a jugar) este mismo año, pero no llegamos a pensar que iban a cancelar el baloncesto por tanto tiempo. Fue un golpe que nos pegó duro a todas las compañeras, y más a las internacionales”, explica.

PRÓXIMOS PASOS

New York Tech se comprometió a respetar las becas de sus reclutas y Kellymar Ramírez, con muy poco tiempo para tramitar una transferencia académica antes del inicio de las clases, decidió iniciar sus estudios y postergar el potencial cambio de universidad para cuando finalice el semestre.

Si se queda en dicha institución, “perdería totalmente el baloncesto” y no tendría exposición de cara a su objetivo de jugar a nivel profesional, ya que solo le quedan dos años de carrera universitaria gracias a los créditos obtenidos durante su paso por Junior College (Panola).

Por ahora se encuentra estudiando y está alojada en un hotel de la cadena Hilton, al igual que otros estudiantes. Sus clases son por videollamada, no conoce a nadie y no tiene acceso al campus hasta nuevo aviso.

“Hay gimnasio y hay piscina, pero no hay cancha de baloncesto. Tengo la meta de ponerme en forma por lo que resta de este año, para cuando llegue a la otra universidad”, expone la venezolana, quien fue parte de las selecciones nacionales U15, U17 y U18 (3×3).

Su presente no es sencillo. Sin embargo, eso no la desanima y al menos dice estar “cómoda”. Sabe que tiene que entrenar y cuidarse por su cuenta, sin la mirada presencial de un coach. Mientras tanto, debe evaluar la mejor opción para su futuro cercano.

Ella misma, desde Nueva York, cuenta las dificultades que atraviesa y detalla sus metas. A la vez, recuerda los altos y bajos de sus primeros dos años en Estados Unidos con Panola College. ¡Escúchala a continuación en CIUDAD BASKET!

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